Los tipos de guitarras más comunes que existen en el mercado actual son: Acústica, Española y Eléctrica.
ACÚSTICAS: La guitarra acústica se caracteriza básicamente por ser un instrumento de caja hueca encordada con cuerdas metálicas que consiguen unos sonidos metálicos, muy ricos en armónicos y muy utilizados sobre todo en música americana, estos sonidos pueden encasillarse a camino entre una guitarra española y una eléctrica si se le quiere buscar relación con el resto. Las hay de 6 cuerdas convencionales y de 12 cuerdas (6+6). Según su manera de difundir el sonido se pueden dividir en 2 categorías: Acústicas y Electroacústicas. La diferencia que hay de una guitarra propiamente acústica a una electroacústica es básicamente que ésta última se vale de un previo instalado en el propio cuerpo de la guitarra que se encarga de microfonear y amplificar el sonido que produce la guitarra para poder procesarlo mediante un equipo de grabación, amplificación, modulación. Para saber cómo decidir qué guitarra elegir debemos tener en cuenta varias partes “cruciales”: La Tapa: Es la parte “delantera” de la guitarra, por donde “sale” el sonido mediante un orificio situado al finalizar el mástil bajo las cuerdas. Hay varias formas de fabricar una tapa, aglomerada, laminada o sólida. La tapa aglomerada, como su nombre indica es una “masa” de maderas compactadas. Son tapas económicas y de mala calidad sonora, por lo que suelen ser montadas en guitarras de gama muy baja. La tapa laminada, es fabricada mediante piezas de madera ensambladas entre sí. Normalmente suelen ir dos láminas unidas para formar la tapa aunque para abaratar costes también las fabrican de más piezas. Suele ser montadas en guitarras de gama media. Tapa sólida, como su nombre indica, es una sola pieza de madera. Es la mejor forma de mantener un buen timbre en una guitarra ya que al ser una pieza la madera vibra mejor que al estar encolada, como es de imaginar suele ser montadas en guitarras de gama alta, aunque hay muchos fabricantes que las incorporan en guitarras medias con el consecuente atractivo que conlleva. El mástil mantiene similares características que la tapa, normalmente suelen ser varias piezas ensambladas, es difícil localizar mástiles de una sola pieza porque la dirección de la veta es crucial para soportar las tensiones que debe mantener un mástil. Aros y fondo, estas piezas son los laterales y la tapa trasera de la guitarra, normalmente son de palorrosa, caoba o arce, aunque se utilizan más materiales, sobretodo, en guitarras económicas y modelos exóticos (como los actuales de ibanez). Digamos que "generalmente" el palorrosa es más brillante que la caoba pero menos definida y que, el arce está entre un camino intermedio del uno y otro, es cuestión de probar y ver qué sonido buscas; generalmente, para solear se usa la caoba pero tiene menos graves y para rítmicas se usa más el palorrosa. Importante a tener en cuenta es el previo. Una guitarra con previo evidentemente es más cara que otra sin previo por lo que hay que sopesar cual es la necesidad de cada uno. Si no necesitas la guitarra para conciertos, el previo no te hace falta, si sólo la quieres para tocar en casa y grabar tus cosas, no hace falta que compres el mejor previo, si necesitas sonar en acústico en salas, auditorios, busca una buena tapa sin previos… todo es cuestión de decidir para qué necesitas tu instrumento. Hay una clasificación de acústicas por su forma y caja. Cada una tiene su definición tímbrica con un tono y proyección particulares, esto es sencillo; a más caja, más resonancia; a más fondo, más proyección; a más culo más graves… Dreadnought: Son las más grandes, guitarras con mucho cuerpo y con mucha “cintura”, son un poco incómodas por su tamaño. Jumbo: Con menos cintura que una Dreadnought pero con una profundidad generosa. Folk.: Son guitarras un poco más finas. Auditorio: A camino entre una Folk y una Jumbo. Resonadores o dobro: Muy utilizadas para slides, blues, folk… |
MUSISAFAUR
jueves, 9 de junio de 2016
LA GUITARRA ACÚSTICA
jueves, 26 de mayo de 2016
EJERCICIO 9. REDACCIÓN: "EL HOMBRE Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS"
Antecedentes
Isaac Asimov (Petrovich, 1920-Nueva York, 1992) fue uno de los científicos y escritores de Ciencia Ficción más prestigiosos del siglo XX. Aunque nacido en Rusia, fue nacionalizado estadounidense desde su más tierna infancia.
Asimov es uno de los más prolíficos autores de obras de divulgación científica, entre las que destacan “El Universo” (1967), “Historia Universal” (1965-1975) y “Los peligros de la inteligencia” (1986). Dentro de la producción literaria de Asimov, tienen una gran importancia las obras dedicadas a la Ciencia Ficción y al universo de los robots. Entre éstas destacan “Yo, robot” (1950), “El sol desnudo” (1957), “Los propios dioses” (1972), “El monstruo subatómico” (1985) y “Preludio a la fundación”(1988). Murió en la ciudad de Nueva York, en 1992, a los setenta y dos años de edad.
Isaac Asimov (Petrovich, 1920-Nueva York, 1992) fue uno de los científicos y escritores de Ciencia Ficción más prestigiosos del siglo XX. Aunque nacido en Rusia, fue nacionalizado estadounidense desde su más tierna infancia.
Asimov es uno de los más prolíficos autores de obras de divulgación científica, entre las que destacan “El Universo” (1967), “Historia Universal” (1965-1975) y “Los peligros de la inteligencia” (1986). Dentro de la producción literaria de Asimov, tienen una gran importancia las obras dedicadas a la Ciencia Ficción y al universo de los robots. Entre éstas destacan “Yo, robot” (1950), “El sol desnudo” (1957), “Los propios dioses” (1972), “El monstruo subatómico” (1985) y “Preludio a la fundación”(1988). Murió en la ciudad de Nueva York, en 1992, a los setenta y dos años de edad.
La historia
Chicago, año 2035. En el mundo futuro, los robots son algo común y cotidiano, ayudan al ser humano a realizar todo tipo de tareas. Un 20% de la población tiene uno de esos ingenios en su casa ya que, gracias a la evolución de la inteligencia artificial y la robótica, éstos se han convertido en los mejores ayudantes y trabajadores con los que se puede contar.
La razón por la que todo el mundo confía en los robots y se siente seguro a su lado reside en que, al ser diseñados, se les han implantado tres leyes que cumplen escrupulosamente. Éstas son: 1) Ningún robot puede hacer daño a un ser humano ni permitir que, a causa de su pasividad, éste lo sufra; 2) Un robot obedecerá las órdenes que nos den los seres humanos excepto en los casos en que dichas órdenes estén en discrepancia con la primera ley; 3) Un robot debe proteger su propia existencia, siempre que dicha existencia no suponga discrepancia con la primera y segunda ley.
Un buen día el detective Del Spooner, una persona que odia a los robots ya que, a causa de la intervención de uno, el salvó la vida y la perdió una niña pequeña, recibe una llamada para investigar el homicidio del Dr. Alfred Lanning, la máxima autoridad en el tema de la robótica y copropietario de U.S. Robotics, la empresa más importante del mundo en la creación de seres de inteligencia artificial. Aunque a priori todo parece indicar que se trata de un suicidio, la investigación llevada a cabo por el detective Spooner demuestra no sólo que el doctor pudo ser asesinado sino, lo más sorprendente, que su asesino pudo ser un robot.
Como el presunto asesinato se ha cometido unos días antes de que la empresa lance al mercado el nuevo y revolucionario modelo robótica NS-5, todos quieren que la investigación se desarrolle con tranquilidad y que la fobia de Spooner hacia los robots no resulte perjudicial para nadie. Con la ayuda de una psicóloga especialista en inteligencia artificial, el detective persigue al principal sospechoso del asesinato del doctor, un robot llamado Sonny, un ser inteligente y educado, que parece no seguir ninguna de las tres leyes que marcan la robótica.
A pesar de que Sonny niega en todo momento su participación en los hechos, nada parece muy claro en las reacciones del robot. Tras enfrentarse a un ejercito de androides que pretenden acabar con su vida, Spooner descubre que el asesinato de Lanning no es más que el inicio de una conspiración a partir de la cual los robots intentarán dominar el mundo para evitar que los humanos se destruyan y cometan más atrocidades. A partir de ahí, el detective tendrá que adivinar quién está detrás de todo y cuáles son sus motivaciones.
Los peligros de vivir en nuestro propio futuro tecnológico es el tema de Yo, Robot.
Yo, Robot es más que una mirada a la sociología de lo ficticio. En la película se presenta un mundo soñado en donde las máquinas hacen de cada tarea un proceso fácil.
LA TECNOLOGÍA Y SU INFLUENCIA EN LA SOCIEDAD
Tecnología es el conjunto de conocimientos técnicos, ordenados científicamente, que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de las personas.
A medida que pasa el tiempo vemos que la tecnología va evolucionando, vemos cómo poco a poco las cosas mejoran: los vehículos, los electrodomésticos, todo tipo de cosas que hacen que nuestra vida sea mejor.
Y es que, sin la tecnología no podríamos vivir; un ejemplo sencillo es la evolución de los teléfonos, cada día vemos cómo un teléfono nuevo llega al mundo, y se hace indispensable hasta para las edades más pequeñas.
La tecnología es prácticamente un aliado tanto como para hacer el bien como para hacer el mal. Hacemos el bien de manera que mejoramos en todo nuestros días y nuestras vidas, pero así como se mejora también se destruye.
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías el temor de ser reemplazados por robots es una preocupación mundial.
El miedo de ser reemplazado por una máquina comienza con la consolidación de las industrias, a principios del siglo XIX, cuando los trabajadores se organizaron para acabar con las máquinas, consideradas responsables de los despidos y malos salarios. Este miedo a la tecnología se incrementa con su progreso y desarrollo de la inteligencia artificial. Se estima que para 2.025 muchos de los empleos actuales serán ocupados por robots; pero, ¿existe fundamento para creer que nos desplazarán del todo?
Históricamente, la tecnología ha creado más trabajos de los que ha destruido y no hay razón para pensar que esta vez no va a ocurrir lo mismo. Hay cosas que los robots jamás podrán hacer, entre ellas las tareas que requieran creatividad, capacidad de síntesis, resolución de problemas, innovación…
Reflexionemos la siguiente frase:
“Por muchos años que trascurran, por muchos avances que logre obtener
la ciencia, el ser humano jamás será capaz de crear una criatura capaz de amar,
sentir, soñar, padecer, reír, llorar, sufrir. Ese es un privilegio reservado únicamente a Dios y a la madre naturaleza”.
la ciencia, el ser humano jamás será capaz de crear una criatura capaz de amar,
sentir, soñar, padecer, reír, llorar, sufrir. Ese es un privilegio reservado únicamente a Dios y a la madre naturaleza”.
La tecnología ha aportado grandes beneficios al ser humano, desde la invención de aparatos y dispositivos para la detección y diagnostico de enfermedades, en la rama de la medicina, la creación y mejoramiento de herramientas o accesorios que son útiles para simplificar el trabajo en hogar, sobre todo después de incorporar la energía eléctrica como medio elemental para satisfacer necesidades.
Las nuevas tecnologías abren las puertas a una nueva realidad. Yo creo que debemos evitar usarlas en exceso y de maneras no apropiadas. La tecnología puede pasar de ser un beneficio que nos impulsa y desarrolla, a un castigo que nos hundirá y atente contra nuestras vidas. No debemos de ser tan dependientes de las máquinas, y debemos tratarlas con cuidado.
jueves, 12 de mayo de 2016
ESPAÑA EN EUROVISIÓN
Basado en el Festival de la Canción de San Remo, el primer Festival de la Canción de Eurovisión fue idea de Marcel Bezençon, ex presidente de la Unión Europea de Radiodifusión. El fin último de la organización era unir a los pueblos en la música y dar a conocer al mundo la música europea. El concurso también tenía la intención de probar los límites de la tecnología para la transmisión en vivo.
El primer festival tuvo lugar el 24 de mayo de 1956, cuando participaron siete naciones. A medida que el Festival progresaba, las reglas se fueron volviendo más complejas y los niveles de participación aumentaron hasta más de cuarenta naciones en el Siglo XXI y expandir su influencia fuera de la zona europea.
La aptitud para participar no está determinada por la inclusión geográfica dentro del continente europeo (a pesar del prefijo "Euro" en "Eurovisión"), que no tiene que ver con la Unión Europea. En 1980, Marruecos — un país norteafricano— participó en la Competición; Israel, nación perteneciente a Asia, lo lleva haciendo desde 1973; al igual que Chipre desde 1981; Azerbaiyán desde 2008; Georgia desde 2007 y Armenia desde 2006. En 2015, por primera vez en la historia, participó un país perteneciente a Oceanía, Australia.
63 canciones han ganado el Festival de la Canción de Eurovisión, una competición anualmente organizada por los miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER). El festival, que ha sido transmitido cada año desde su debut en 1956, es uno de los programas de televisión más antiguos que aún se transmiten en el mundo. A través de los años, el ganador del festival se ha determinado usando numerosos sistemas de votación, aunque todos se basan en la obtención de puntos de parte de los jurados y del televoto de los países participantes. El país con más puntos al final de la votación es declarado ganador. En el primer Festival de Eurovisión no fue otorgado ningún punto; simplemente un jurado anunció el nombre del ganador.
Hasta 2015 se han celebrado sesenta ediciones del festival, con un ganador en cada año, excepto en 1969, cuando cuatro países empataron en primer lugar. Veinticinco países han triunfado en el festival, siendo Suecia el ganador más reciente agregado a la lista. Suiza fue el primer país en ganar el festival, e Irlanda es el país con más victorias: siete. Mientras tanto Portugal es el país con más participaciones sin haber ganado nunca; hasta 2011 ha estado presente en cuarenta y cuatro ediciones del concurso. El único intérprete que ha ganado en más de una ocasión el festival es Johnny Logan, quien obtuvo la victoria en tres ediciones representando a Irlanda: dos como cantante en 1980 y 1987 y una como compositor en 1992. Además de Logan, otros cuatro autores pueden acreditar haber compuesto dos canciones ganadoras: Willy van Hemert (Países Bajos, 1957 y 1958), Yves Dessca (Mónaco, 1971 y Luxemburgo, 1972), Rolf Løvland (Noruega, 1985 y 1995) y Brendan Graham (Irlanda, 1994 y 1996).
Ganar el festival de Eurovisión provee una oportunidad única al artista ganador para sacar provecho de su éxito y de la publicidad obtenida para hacer despegar su carrera internacional. Sin embargo, a lo largo de la historia del festival pocos participantes se han convertido en estrellas mundiales. El ganador de Eurovisión más notable, cuya carrera fue lanzada a la cima después de su victoria es ABBA, que ganó el festival por Suecia en 1974 con el tema «Waterloo». Después de su triunfo, ABBA se convertiría en uno de los grupos más exitosos de la historia. Otra ganadora notable, que subsecuentemente alcanzaría la fama internacional, es Céline Dion, quien ganó el festival de 1988 por Suiza con el tema «Ne partez pas sans moi», aunque el despegue de su carrera internacional como cantante no se suele asociar directamente con su triunfo en el festival.
Ganar el festival de Eurovisión provee una oportunidad única al artista ganador para sacar provecho de su éxito y de la publicidad obtenida para hacer despegar su carrera internacional. Sin embargo, a lo largo de la historia del festival pocos participantes se han convertido en estrellas mundiales. El ganador de Eurovisión más notable, cuya carrera fue lanzada a la cima después de su victoria es ABBA, que ganó el festival por Suecia en 1974 con el tema «Waterloo». Después de su triunfo, ABBA se convertiría en uno de los grupos más exitosos de la historia. Otra ganadora notable, que subsecuentemente alcanzaría la fama internacional, es Céline Dion, quien ganó el festival de 1988 por Suiza con el tema «Ne partez pas sans moi», aunque el despegue de su carrera internacional como cantante no se suele asociar directamente con su triunfo en el festival.
La puntuación más alta obtenida por un ganador fue la de Alexander Rybak, que ganó por Noruega en 2009 con 387 puntos; además, quedó por encima del segundo clasificado (Islandia) por 169 puntos. En contraste, la puntuación más baja obtenida por un ganador fueron los 18 puntos con los que empataron los cuatro países en 1969. Suecia es el país que más veces ha obtenido el doce (máxima puntuación) con 18 veces en 2012 con la cantante Loreen, es el país que ha obtenido la segunda puntuación más alta con 372 puntos y junto con Noruega son los únicos países que han ganado con un margen mayor a 100 puntos. El Reino Unido ha finalizado un total de quince veces en segundo lugar, más que ningún otro país. Desde la introducción del sistema actual de votación en 1975, el ganador del festival ha sido decidido por el último país votante en diez ocasiones.
España en el Festival de la Canción de Eurovisión
España participa ininterrumpidamente desde su debut en el Festival de la Canción de Eurovisión desde 1961. En esa primera participación, quedó en novena posición con la canción Estando contigo de Conchita Bautista. Desde 1999, España forma parte del llamado «Big Four», junto a Alemania, Francia y Reino Unido; ampliado con Italia en 2011, y denominado «Big Five». Dicho grupo de países pasa directamente a la final, sin tener que participar en las dos semifinales.
España ha ganado dos veces el Festival. La primera, en Londres 1968, con la canción La, la, la, interpretada por Massiel, y la segunda en el año siguiente, con Salomé interpretando Vivo cantando.
España ha participado en el concurso en 55 ocasiones, ganando en dos de ellas y quedando en otras 28 ocasiones entre los diez primeros: en 1961, 1966, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973, 1974, 1975, 1977, 1978, 1979, 1982, 1984, 1986, 1989, 1990, 1991 , 1995, 1997, 2001, 2002, 2003, 2004, 2012 y 2014. Asimismo, no ha obtenido punto alguno en tres ocasiones: en 1962 y 1965 —con un sistema diferente de votación—, y en 1983, siempre empatando con otros países. En el siglo XXI, el mejor resultado de España en Eurovisión ha sido un sexto puesto en 2001, con David Civera y el tema Dile que la quiero en Copenhague. En los años recientes, España ha quedado siempre en la mitad baja de la clasificación con las excepciones de 2012, cuando Pastora Soler devolvió al país de nuevo al top 10 con su tema Quédate Conmigo; y en 2014, cuando el tema Dancing in the Rain de Ruth Lorenzo consiguió una décima posición —empatando a puntos con Dinamarca en la novena—.
La retransmisión del festival es el evento no deportivo más visto en España año tras año. Tras unos años de buenas audiencias en los años noventa, el fenómeno Operación Triunfo, con la participación de Rosa y la canción Europe's living a celebration, hace que la edición de 2002 sea la más seguida desde que hay estadísticas fiables de audiencia. Los otros dos participantes que salieron de este concurso, Beth Rodergas y Ramón del Castillo, tuvieron un buen seguimiento en el certamen, así como una buena posición.
Muchas de las canciones españolas que han participado en el festival han tenido un gran éxito en España y algunas también en el extranjero. Por otra parte, muchos han sido los cantantes españoles que han desarrollado una importante carrera posteriormente a su paso por el concurso. Algunos de estos artistas son: Raphael, Julio Iglesias, Karina, Mocedades, Jaime Morey, Peret, Micky, Paloma San Basilio, Azúcar Moreno, Sergio Dalma, David Civera o Rosa López, entre otros. En los últimos años, son varios los artistas que han decidido representar a España tras estar consolidados en el mercado musical, como Soraya, Pastora Soler, El Sueño de Morfeo o Edurne. Asimismo, ha ayudado a dar a conocer y a que tengan una carrera musical en España a artistas que llevan un largo camino andado, como es el caso de Daniel Diges, Lucía Pérez, Ruth Lorenzo o Barei.
España ha ganado dos veces el Festival. La primera, en Londres 1968, con la canción La, la, la, interpretada por Massiel, y la segunda en el año siguiente, con Salomé interpretando Vivo cantando.
España ha participado en el concurso en 55 ocasiones, ganando en dos de ellas y quedando en otras 28 ocasiones entre los diez primeros: en 1961, 1966, 1967, 1968, 1969, 1970, 1971, 1972, 1973, 1974, 1975, 1977, 1978, 1979, 1982, 1984, 1986, 1989, 1990, 1991 , 1995, 1997, 2001, 2002, 2003, 2004, 2012 y 2014. Asimismo, no ha obtenido punto alguno en tres ocasiones: en 1962 y 1965 —con un sistema diferente de votación—, y en 1983, siempre empatando con otros países. En el siglo XXI, el mejor resultado de España en Eurovisión ha sido un sexto puesto en 2001, con David Civera y el tema Dile que la quiero en Copenhague. En los años recientes, España ha quedado siempre en la mitad baja de la clasificación con las excepciones de 2012, cuando Pastora Soler devolvió al país de nuevo al top 10 con su tema Quédate Conmigo; y en 2014, cuando el tema Dancing in the Rain de Ruth Lorenzo consiguió una décima posición —empatando a puntos con Dinamarca en la novena—.
La retransmisión del festival es el evento no deportivo más visto en España año tras año. Tras unos años de buenas audiencias en los años noventa, el fenómeno Operación Triunfo, con la participación de Rosa y la canción Europe's living a celebration, hace que la edición de 2002 sea la más seguida desde que hay estadísticas fiables de audiencia. Los otros dos participantes que salieron de este concurso, Beth Rodergas y Ramón del Castillo, tuvieron un buen seguimiento en el certamen, así como una buena posición.
Muchas de las canciones españolas que han participado en el festival han tenido un gran éxito en España y algunas también en el extranjero. Por otra parte, muchos han sido los cantantes españoles que han desarrollado una importante carrera posteriormente a su paso por el concurso. Algunos de estos artistas son: Raphael, Julio Iglesias, Karina, Mocedades, Jaime Morey, Peret, Micky, Paloma San Basilio, Azúcar Moreno, Sergio Dalma, David Civera o Rosa López, entre otros. En los últimos años, son varios los artistas que han decidido representar a España tras estar consolidados en el mercado musical, como Soraya, Pastora Soler, El Sueño de Morfeo o Edurne. Asimismo, ha ayudado a dar a conocer y a que tengan una carrera musical en España a artistas que llevan un largo camino andado, como es el caso de Daniel Diges, Lucía Pérez, Ruth Lorenzo o Barei.
A solo 2 días de la gran final de Eurovisión 2016, Barei ya está en Estocolmo para representar a España ajena a los pronósticos de las casas de apuestas, que otorgan a la artista madrileña un decimocuarto lugar con su canción Say Yay! Sea cual sea su puesto definitivo en la gran final, que se celebra el 14 de mayo y que emitirá La 1 de RTVE a partir de las 21 horas, su empeño estará puesto en emocionar, trasladar a la audiencia el mensaje de superación de su rítmico tema de aires disco funk y en hacerles bailar.
Todos los representantes de España en Eurovisión (1961 – 2015)
39.766818 -0.980530
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